La Virgen de La Fuencisla vuelve a casa arropada por la devoción y el cariño de los segovianos
La imagen de Nuestra Señora de La Fuencisla se encuentra de nuevo en su hogar de las Peñas Grajeras. Después de once días presente en la S.I. Catedral, ayer se vivía la Fiesta Principal, que culminaba con el traslado de la patrona de Segovia y su tierra al santuario.
La jornada comenzaba pronto, con el Rosario de la Aurora que, desde las 7 horas, congregaba a un buen número de fieles en los Jardinillos de San Roque para ascender hasta la Catedral rezando en comunión. Una vez allí, tuvo lugar la última novena de los jóvenes. Precisamente, la noche del sábado los jóvenes de la Diócesis vivieron un encuentro especial con la patrona en la vigilia de oración nocturna.
A las once de la mañana comenzaba la Misa Solemne presidida por el Obispo de la Diócesis, Mons. César Franco, acompañado por Mons. Ángel Rubio, Obispo emérito, canónigos de la S.I. Catedral y el vicario general de la Diócesis. Asimismo, estuvo presente el P. Diego González, cmf encargado este año de predicar el novenario de la tarde y que ayer proclamaba el Evangelio.
En la homilía, don César hacía un elogio de las virtudes de María como madre y modelo de fortaleza y fidelidad para todos los cristianos. «El día de nuestra patrona debemos pedirle está virtud, por la cual ella ha pasado a ser considerada en la Iglesia de Oriente como mártir. No murió junto a su Hijo, pero padeció su martirio. Mártir significa testigo, y eso es aquel que de palabra y de obra vive la fe. El testigo da la vida por la fe, como María con sus siete espadas de dolor», manifestaba el Obispo de la Diócesis para, a renglón seguido, hacer una petición: «Pido a Nuestra Señora, Madre y patrona de Segovia, que cuando los segovianos la miren descubran en ella la fortaleza de la fe, la fidelidad constante, que vivan la vida cristiana como ella. Vivamos la fe sin divisiones, y con la fortaleza de esta mujer que Cristo nos da por madre porque hasta el final permaneció fiel. Virgen de la Fuencisla, mira a Segovia y concédenos la gracia de tu fortaleza, nacida del amor apasionado a tu Hijo, el fruto de tu vientre».
Tras la Eucaristía, se procedía a bajar la imagen de Nuestra Señora del Altar Mayor, gracias a la colaboración del Cuerpo de Bomberos de Segovia, y a su traslado hasta la sacristía, donde las camareras de la patrona la vistieron, como ya es tradición en la bajada al santuario, con el traje donado por la reina María Cristina. Desde allí, era portada hasta la capilla de San Antón, donde permanecía hasta la tarde.
A las cinco de la tarde comenzaba el Rosario en la Catedral. Tras el rezo, y el canto del Himno a Nuestra Señora de La Fuencisla, se preparaba el cortejo que acompañaría a la imagen en su camino de regreso a casa. Tras ella, el Obispo, acompañado de nuevo por el Obispo emérito, miembros del Cabildo y el rector del Santuario.
Centenares de fieles devotos quisieron acompañar a la patrona desde las puertas de la S.I. Catedral. Sin embargo, donde más gente aguardaba la llegada de la Virgen era en el Azoguejo. Una abarrotada plaza aplaudía la entrada de la imagen y el desfile de los alumnos de la Academia de Artillería. A continuación, el grupo de coros y danzas «Emperador Teodosio» cantaba y bailaba ante la imagen tres jotas dedicadas a la Virgen para, acto seguido, escuchar las palabras de don César.
En su despedida, el Obispo de Segovia, pedía a la patrona: «Si tú eres la imagen perfecta de la Iglesia, haz que nos miremos en ti para dar testimonio de la verdad, la rectitud de corazón, la fortaleza y la justicia que nos permite aspirar a una vida como la tuya». Para concluir asegurando: «Aquí está tu pueblo, Señora, míranos con clemencia, tú que eres estrella hacia la meta, posada en el camino y puerto seguro de la salvación que llevas en tus manos, Cristo, fruto bendito de tu vientre. En tus manos, madre, pongo a Segovia, que por ti “vive y confía, reza y espera, ama y ansía, por ti es lo que es”».
Tras el canto de la Salve concluía la despedida oficial, y la imagen seguía su camino acompañada, además de por los fieles, por la música y bailes del grupo «Emperador Teodosio» que, a su llegada al santuario formaba un arco en honor a la patrona.
Nuestra Señora de La Fuencisla está de vuelta en su hogar, allí espera nuestra visita y nuestro cariño durante el resto del año. ¡Viva la Virgen de La Fuencisla!
- Palabras de despedida de Mons. César Franco
- Galería de imágenes de la Fiesta Principal de Ntra. Sra. de La Fuencisla